La obra de arte siempre ha sido reproducida de una forma u otra. Las intenciones de las personas que las reproducen son distintas, pueden ser por puro propósito académico o para satisfacer su morbo. Sin embargo, por mas exacta que sea una obra de arte reproducida, nunca tendrá esa esencia e intenciones irrepetibles que hicieron de esa obra un arte digno de apreciarse.
Cuando una obra de arte es reproducida, saca algo bueno del acto; esto es la difusión de la misma. Si una obra de arte es expuesta a más personas, esta se hace más accesible. La gente al conectarse con la obra de arte consigue los medios para apropiársela, que en esencia, la apropiación define a la obra y la posiciona en el nivel de arte. Pero que ya señale anteriormente, uno no puede apreciar de la misma forma una replica que la obra original, aún así esto puede sembrar la semilla para la apropiación completa de la obra.
El hecho de que las obras se estén reproduciendo de tal forma, hace que algunas personas se vuelvan sobreprotectoras de las obras que poseen. Guardar celosamente las obras no tiene sentido alguno para mi. Si las obras de arte fueron hechas para ser apropiadas y apreciadas por los que la ven, no tenemos por que ocultarlas a los ojos curiosos que son los que le dan sentido de ser a una obra de arte.
Pasando a otra forma de expresión artística como lo son el teatro y el cine, es curioso como el autor del texto resalta un aspecto de ambos que es la actuación. Se dice que el teatro y el cine son muy parecidos, pero según Pirandello el cine es la contraparte del teatro debido a la actuación. En el teatro uno tiene que exagerar para dar el mensaje a la audiencia, por el otro lado, en el cine menos es mejor. Es por esta simple razón que cuando una obra teatral es reproducida en cine, el resultado es bastante diferente y las dos se pueden apreciar de distinta forma.
En el caso de la literatura, el resultado de la reproducción es positivo. Las palabras son una forma realmente poderosa para intercambiar información, y como todos sabemos la información es poder. El hecho de que esta información sea accesible para todos aquellos en una sociedad hace de ellos una sociedad poderosa. Pongamos el ejemplo de la historia, antes de que se creara la imprenta se le conocía como la Época Obscura, pero la revolución de la imprenta cambio al mundo, acelerando su desarrollo a un paso nunca antes visto por el mundo en la historia de la humanidad. Sólo un ejemplo de que tan poderosas son las palabras.
Es necesario señalar que algunas reproducciones, en la sociedad de la Era Moderna, no son vistas de forma positiva. Esto se debe a los derechos de autor. La sociedad de hoy en día protege mucho a sus autores, y aunque la reproducción de obras dejan muchas cosas positivas, el plagio no es tolerado por las autoridades. Si las reproducciones tiene un lado negativo, éste debe de ser; el robo de las obras de las que nos estamos apropiando en sentido literal.
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