Existen muchas salidas pero sólo una es la correcta, el miedo se incrementa al saber que una vez tomada la decisión no hay marcha atrás. Cada día que pasa, cada vez que el reloj marca las doce, menos es el tiempo que me queda para meditar. Toda confianza que tenía sobre mi decisión se desvanece al mirar a mi futuro, en este momento mi miedo se convierte en terror y regreso al principio, volviendo a las mismas preguntas cuyas respuestas sólo cambian para incrementar mi confusión.
martes, 17 de noviembre de 2009
Confusión
Confusión, no siento nada más que desorientación. Un día vino y yo desprevenida me tomó por sorpresa. Todo estaba listo, nada podía salir mal; sin embargo un sentimiento no esperado aparece, la duda. Llego en el peor momento. Me veo envuelta entre delirios, y una desesperación por tomar una buena decisión invade mi mente.
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