domingo, 25 de octubre de 2009

Museo de Arte Moderno MAM

Hoy fui al Museo de Arte Moderno, ya tenía tiempo de que no iba a visitarlo, casi dos años. Fue un día lindo aunque me sorprendió ver a tan poquita gente en domingo; había turistas como gringos, norteños y una pareja de viejitos que quien sabe que idioma hablaban. Sin embargo, en su mayoría eran chavos de secundaria y prepa tomando notas de todo lo que estaba escrito en las paredes del museo. Esto me hizo pensar que alguna vez yo fui parte de estos chavos que no apreciaban el arte por lo que eran, y sólo iba al museo cuando me lo pedía la escuela.

Hoy, por primera vez en mi vida, fui sola a un museo, y el hecho de no tener distracciones me hizo apreciar la exposición de otra forma. Iba lento, sin que nadie me apurara, me sentaba en los banquitos que tienen y me ponía a analizar las obras. Estuve mucho tiempo contemplando el enorme cuadro de “Las dos Fridas”, recuerdo cuando lo vi por vez primera hace dos años; es tan imponente que el sentarte ahí y sólo mirarla te atrapa de una forma que es difícil de explicar. Me decepcionó que la trataran como si fuera una obra más, hace dos años tenía su propia pared y era el cuadro principal de toda la exposición. Sin duda es una obra que representa más que sólo un etapa del arte en México. Se trata de la lucha de una mujer en particular que, aunque no era su intención, terminó por representar a todas las mujeres y convertirse en un símbolo feminista. Hay una frase escrita justo debajo del cuadro que me llamó mucho la atención: “Dicen que hago arte surrealista, pero yo no pinto sueños, yo pinto como me siento” – Frida Kahlo-


El resto del recorrido estuvo muy tranquilo, excepto cuando tres niñas de secundaria andaban riendo y hablando como si fuera un mercado, eso me molesto mucho, que no tuvieran respeto por el lugar en donde estaban. La obra de “El diablo en la iglesia” de Sequeiroas se me hizo muy imponente, tanto por sus fuertes figuras geométricas bien marcadas, como el hecho de poner a el diablo en una iglesia y todas las personas adorándolo. Seguro es una obra muy controversial, pero la estética es hermosa, se pueden ver las líneas rectas para alinear a las personas, y los dos enormes círculos que ocupan toda la parte central del la obra.


También de Sequeiros “Nuestra imagen actual” me encantó, la obra está posicionada de tal forma que cuando das la vuelta la primera obra que ves es esta. Ya había visto la pintura en fotos y postales, pero cuando la vi de lejos, me quedé parada viéndola de frente. La cabeza y las manos parecían que se salían del cuadro, como un efecto tridimensional. Me tomó un rato recuperarme del shock de lo que estaba viendo antes de que  poco a poco me acercara y la viera que era el relieve de la pintura lo que hacía que se viera tridimensional. Me dio lastima ver que la obra se estaba cuartenado, pero igual eso no le quita lo imponente que es, Sequeiros supo jugar muy bien con la perspectiva del espectador para darle efecto de movimiento a la pintura. La obra no representa más que al hombre contemporáneo, quien ha perdido sus valores, que no piensa, es un “cabeza dura”. Sus manos extendidas, pidiendo que se le de algo, según Xavier Moyssé “las manos buscan una luz que  le permita sustituir lo que ha perdido, lo que él mismo ha destruido, una luz que le recate del materialismo en que vivimos”.


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